"O futuro está na orixe"

Bea Comenda, decana da Facultade de Historia de Ourense

xoves, 20 de novembro de 2014

La Duquesa de Alba en Monterrey

Galicia Dixital martes, 01 de marzo de 2011. Joaquín Nieves
La actualidad manda y en esta ocasión permite mirar al pasado. En papel couché ocupa páginas la Duquesa de Alba, al igual que sucedía a mediados del pasado siglo. Entonces en el magazine "Luna y Sol" y, hoy en el "Hola", el protagonismo llegaba de la mano de los Grandes de España, por sus títulos nobiliarios y acontecimientos sociales.
Las bodas de Cayetana fueron acontecimientos del siglo, como, sin duda, se repetirá de producirse su tercer enlace como los anteriores por amor de amar y sentirse amada.
 De la Casa de Alba, la actual duquesa, fue la primera de las ilustres damas del madrileño palacio de Liria que visitó el Castillo de Monterrey, en Verín, accediendo por la "Calzada Real", para conocer sus posesiones en tierras orensanas, acompañada por el alcalde de Verín, Manuel Pérez García Sabugo y el Comisario de Monumentos y Excavaciones Arqueológicas e historiador Jesús Taboada Chivite, quien en un portafolios llevó la documentación referida a la Plaza Fuerte, datos que Cayetana escuchó con atención.
De aquella visita, estamos en condiciones de brindar aqui el único documento gráfico exclusivo para "Galegos", si el coordinador tiene la gentileza de publicar la vieja postal, que puede considerarse novedosa exclusiva informativa de máxima actualidad por las noticias traídas y llevadas estos días por la prensa del corazón.
En la fotografía, en un reclinatorio está orando en la Iglesia de Monterrey la Duquesa, flanqueada por las esposas del gobernador de Orense y del alcalde de Verín y, en el grupo, con el portafolios bajo el brazo, Jesús Taboada y un grupo de caras conocidas verinenses que se vieron gratamente sorprendidas por la presencia de la dama.
Según se había expresado doña Cayetana, prometía volver en otra ocasión, alojandose en el Parador de Turismo para disfrutar de la belleza del Valle que se extendía a sus pies.

Pero la Duquesa, de no haber realizado otras visitas posteriores, al menos de incógnito, no nos consta lo que podría ser noticia, como lo había sido hace más de medio siglo, teniendo en cuenta que hoy lo permiten nuevos accesos y Verín es ciudad fonteriza, por la que transcurre la Autovía de las Rías Baixas, con empalme a la de Portugal por Chaves. Contando Monterrey con un centro hostelero de primer orden que hace atractivo el recinto rodeado de murallas medievales.

domingo, 16 de novembro de 2014

Por tierras de Galicia. Monterrey y el camino de Santiago, de Benigno González de Sologaistúa; Madrid, 1944

"El camino que sube a Monterrey es una calzada antigua, empedrada de grandes losas desiguales; al comienzo de la subida se encuentran algunas casas pobres, casi míseras; por eso sorprende más ver en ellas fustes de columnas, capiteles, escudos y piedras bien labradas que, sin duda alguna, no corresponden a sus misérrimas fábricas; son los despojos de Monterrey, es la rapacidad inculta y voraz que va mondando y desvalijando poco a poco las ruinas veneradas.
Sigue el camino ascendiendo entre curvas graciosas; la mayor parte del trayecto va bordeando la solidísima cerca de piedra que rodeaba la magnífica posesión que aquí tuvieron los jesuítas.
Se llega por fin a la puerta del recinto exterior de la fortaleza y, entrando por ella, se da en una esplanada tapizada de verde hierba, sobre la que extiende sus brazos una cruz monumental de piedra. Aun hay que subir una corta pero fuerte pendiente; ya se dibuja el airoso arco ojival de la entrada principal de la fortaleza; al trasponer este bellísimo arco apuntado, de la más pura traza, el ánimo se transporta a los siglos pasados, y me parece que en pocos pasos he recorrido hacia atrás el camino de varios siglos"
pax. 41,42

martes, 11 de novembro de 2014

Estela do Guerreiro de Pedralta (Castrelo do Val)

Actividade para descubrir as características da estela de Pedra Alta, atopada en Castrelo do Val, e reflexionar sobre a importancia e uso do Patrimonio a través do debate xurdido sobre o lugar onde debe custodiarse. Acompaña á actividade un vídeo de TVE en Galicia sobre o descubrimento da pedra e a súa importancia histórica.

A Pedra Alta de Castrelo Do Val by edumonterrei

martes, 4 de novembro de 2014

El sorprendente colegio de Monterrei, de Evaristo Rivera Vázquez, SJ. Compañía de Jesús, 2006.

El 24 de marzo de 1556, dos jesuítas -un sacerdote y un hermano escolar- atravesaban con paso cansino la villa orensana de Verín. Venían a pie desde Valladolid. La gente se les quedaba mirando con curiosidad. Ellos estaban contentos porque "habían llegado la víspera de Nuestra Señora de marzo a quien tomamos por axuda de todas nuestras cosas".

Atravesaron el puente sobre el río y acometieron la áspera calzada de piedra, muy vetusta, que serpenteaba caprichosamente monte arriba. Al terminar, quedaron sin fuerza alguna de las pocas que traían. Pero estaban as fin en su destino: el castillo de Monterrei. Lo habían divisado por el camino, mucho antes de llegar, imponente sobre un atractivo otero. Cruzaron la muralla y se dirigieron al palacio del conde, que les recibió y obsequió espléndidamente como a hijos de una prolongada gestación.

El sacerdote era Juan de Valderrábano, natural de Valladolid, que había estado ya en Galicia diez años antes (cuando era aún escolar) dando misiones por la diócesis de Mondoñedo, llamado por el obispo Soto, buen amigo suyo. Ahora venía como Rector en Monterrei y luego sería el primer Provincial de Toledo y Superior en muchas partes. El escolar se llamaba Juan González, estudiaba Teología y habría de ser el primer jesuita muerto en Monterrei.

Al día siguiente se entregaron ya al trabajo. Valderrábano se presentó al párroco y se puso a su disposición para toda suerte de ministerios. González empezó a recorrer el pequeño pueblo y todos los pueblos vecinos anunciando que, a mediados de abril, comenzarían unas clases gratuítas de Gramática junto al palacio del conde. La novedad y la curiosidad calaron increíblemente entre la gente. Aquel curso ser reunieron ya 53 alumnos. Estaba en marcha lo que sería más tarde un admirable Estudio General.
(pax. 9,10)