Fue el maestro Jesus Taboada, quien, entre
sus papeles, conservaba datos inéditos sobre los ultimos expolios que tuvieron
como escenario el recinto histórico-monumental de Monterrey. Con el encargo de
sacarlos, algun día, a la palestra, recogimos los detalles que ahora, al paso
del tiempo, pasamos a reseñar, cumpliendo la vieja promesa del inolvidable
Comisario de Monumentos de la Comarca.
De los atentados cometidos al arte y la
cultura, queda constancia en publicaciones diversas. Pero, al que hacemos
referencia, apenas hay esbozos que al menos desconocemos y que pasamos a
exponer.
Se trata de la retirada de los cañones, que fuera de sus
troneras, permanecían en la zona de fotificación de la Fortaleza, catalogada
como Plaza Fuerte, en los documentos del Ministerio de la Guerra y en una
visita protocolaria del que en años de postguerra fue Capitan General de
Galicia, un acompañante al séquito le dijo en forma expresiva y coloquial que
aquellas piezas de bronce habian sido instaladas con fijación a la frontera
portuguesa para disparar a los moros.
El Capitán General de la VIII Region, con
sede en La Coruña, Muhamed Ben Mizzian Ben Asen -1897-1975- al escuchar aquella
expresión desafotunada, hizo una mueca de malhumor, con el propósito de
venganza una vez regresase a la capital herculina. Mizzian habia sido alumno de
la Academia de Infanteria de Toledo, pasando al Protectorado de Marruecos,
donde entabló amistad con mandos españoles y muy en especial con el General
Franco. Con el grado de Comandante del Grupo de Regulares de Alhucemas, estuvo
al frente del ejército marroquí en las confrontaciones africanas y en la Guerra
Civil, llegando a situarse con sus soldados en el cinturón sur del asedio a
Madrid, donde resultó herido, ascendiendo, por actuaciones en campaña al
generalato, nombrándole Franco Capitán General de Galicia, donde en La Coruña, como
dato de su vida familiar, contrajo matrimonio, por el rito musulmán su hija.
Retomando la argumentación del episodio de
Monterrey, cuando Mizzian regresó a su despacho coruñés firmó la orden
fulminante de desmantelar y retirar las piezas artilleras del Castillo y
trasladadas a La Coruña, donde pasaron a formar parte de la decoración mirando
al mar en las proximidades del Parque de Sir Jhon Moore y zona aledaña del
antiguo Hospital Militar.
El grupo de soldados enviados por Capitanía
al Castillo, colocaron los cañones, sobre vehículos del ejercito, con la
indicación expresa de hacer un recorrido por las principales calles de Verin, adornando
todo el material expoliado con ramaje de los árboles, negrillos, situados en el
campo de la feria que entonces mensualmente se celebraba en el Castillo y entre
mofas y cánticos los cañones emprendían camino de su nuevo destino y, aunque
tal acción, condenable por la manera en que se llevó a efecto la amenaza de
Mizzian, sería motivo de reivindicación por los municipios de Alvarellos y
Verín, las peticiones no fueron ni escuchadas ni atendidas, por parte del
Ministerio del Ejército, cuando el general había terminada su carrera en el
ejército español para, con el grado de Mariscal ponerse al frente de las tropas
de su país, que recién creado en reino, fue designado embajador del Reino de
Marruecos en España.
Queden para la historia de Monterrey estos
apuntes y así cumplimos una promesa con el profesor Taboada Chivite, y que
aprovechamos para incluír un completo reportaje fotográfico de los archivos de
la Agencia Efe.-
J.N.
Máis información:
Ningún comentario:
Publicar un comentario